La historia de la numismática conoce ejemplos únicos de la aparición de monedas especialmente hermosas en el mercado. Algunos especímenes parecen no estar relacionados con el mundo de las finanzas y las relaciones de mercado, sino con el arte de los joyeros.
Moneda de 200 marcos, acuñada en Finlandia en 1959, es un espécimen único, que se considera una rareza costosa. Está hecho en el "estilo caballero", como dice emblemáticamente el emblema de Finlandia, adornando el reverso. Tanto el emblema como el año de acuñación (1959) están grabados en relieve, lo que le da a la moneda un aspecto sólido.
En el anverso de la parte superior del círculo están las siluetas de los árboles. El material fuente de esta moneda es la plata. Dado que la moneda está hecha de un metal noble de color desigual, parpadeante, por así decirlo, crea la impresión completa de madera cubierta de nieve en la imagen.
Además, los coleccionistas aprecian especialmente aquellas copias que completan o comienzan la serie. La moneda de 200 marcos de 1959 es precisamente eso: no existió por mucho tiempo, desde 1956 hasta 1959.
Así, la circulación total de doscientas monedas de este año es la final. Fue completamente abolido y retirado del comercio. Sin embargo, como suele suceder, varias copias permanecieron en circulación durante varios años. Más tarde se trasladaron a colecciones privadas y se convirtieron en tema de lujuria para entusiastas numismáticos.